Después de que la compañía Ardagh Metal Beverage Holdings presentara una petición al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para registrar como marca sonora el singular sonido que emiten las latas de bebidas y envases metálicos al ser abiertos, éste sentenció que dicho elemento adolece de carácter distintivo.
Y es que la multinacional había planificado presentar tal solicitud de registro de un signo sonoro como marca ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), ofreciendo como prueba un archivo auditivo de nueve segundos en el que se podía escuchar el característico sonido que se percibe cuando se abre una lata de bebida o un envase metálico, seguido de un pequeño silencio y un burbujeo.
Sin embargo, la Corte Europea concluyó que «La apertura de una lata o de una botella es intrínseca a una solución técnica vinculada a la manipulación de bebidas para consumirlas, por lo que ese sonido no es percibido como una indicación del origen comercial de dichos productos».
Asimismo, el fallo señala que los elementos sonoros y el silencio de un segundo que conforman la pieza que quería registrar la empresa europea, no poseen ninguna característica intrínseca que permita que los consumidores lo reconozcan y perciban como una indicación del origen comercial de los productos que han adquirido, también destaca que un signo sonoro debe tener la fuerza suficiente para lograr que cuando un consumidor abra una lata sea capaz de establecer un vínculo directo con el origen comercial del sonido sin necesidad de combinarlo con otros elementos denominativos o figurativos.
Finalmente, la empresa alemana puede apelar ante la Corte Europea de Justicia, sin embargo, vale la pena recordar que en la década de 1990, el fabricante de motocicletas Harley Davidson no logró que el rugido de sus motores fuera registrado como una marca sonora.