Fuente: Reuters
El pasado mes de julio, un jurado federal en Waco, Texas, decidió que Google violó los derechos de patente de un desarrollador de software con su tecnología de transmisión remota, razón por la cual, deberá pagar 338,7 millones de dólares en daños.
Según los informes de los medios de comunicación y los archivos judiciales de la demanda, el jurado consideró que Chromecast y otros dispositivos infringieron las patentes de Touchstream Technologies, las cuales ofrecen tecnologías similares que permiten la transmisión inalámbrica de contenidos desde un dispositivo móvil a una segunda pantalla.
Cabe mencionar que, la infracción alegada por Touchstream se produjo en diciembre de 2011, después de que ambas empresas debatieran una posible asociación que incluía la tecnología en cuestión. Durante esa reunión, Touchstream informó a Google de que sus patentes estaban pendientes.
Sin embargo, tan solo dos meses después, en febrero de 2012, Google comunicó a Touchstream que ya no quería seguir adelante con ninguna asociación comercial que incluyera la tecnología de fundición, aunque posteriormente, en julio de 2013 Google lanzó su producto Chromecast, según la presentación judicial.
Ante esta situación, Touchstream aseguró que Chromecast de Google copió sus innovaciones e infringió tres de sus patentes (Patentes estadounidenses nº 8.904.289, 8.356.251 y 8.782.528). Mientras tanto, Google negó haber infringido los derechos de Touchstream y argumentó que las patentes no son válidas.
Por ahora, el portavoz de Google, José Castañeda, dijo que la empresa apelará el veredicto y que «siempre ha desarrollado tecnología de forma independiente y ha competido sobre los méritos de sus ideas». Por su parte, el abogado de Touchstream, Ryan Dykal, enfatizó que la empresa estaba complacida con el veredicto.