Fuente: El país
La batalla legal por la marca relacionada con la pintora Frida Kahlo comenzó desde 2015 entre las herederas de la famosa artista y una empresa de procedencia panameña llamada Frida Kahlo Corporations, batalla que aún continúa vigente, por lo que este conflicto lleva casi una década sin resolverse a favor de ninguna de las partes.
Y es que, cuando Kahlo murió en 1954, varios de sus derechos de propiedad intelectual fueron transmitidos a su sobrina, Isolda Pinedo Kahlo. En 2003, la hija de Pinedo Kahlo, María Cristina Romeo Pinedo, y Mara de Anda obtuvieron el poder notarial sobre estos derechos.
Posteriormente, en 2005 con el objetivo de comercializar la marca Frida Kahlo se formó Frida Kahlo Corporation (FKC), compañía integrada por varios accionistas con derechos sobre las obras de la artista mexicana, entre ellos la propia Romero Pinedo. Según su sitio web, la FKC posee los derechos e intereses de marca registrada del nombre Frida Kahlo en todo el mundo y han licenciado la imagen de la artista para distintos productos. De tal modo que, el licenciamiento, autorización, desarrollo, comercialización y protección de los productos o servicios relacionados con Kahlo son materia única y exclusiva de dicha empresa.
Sin embargo, en marzo de 2018, luego de que la familia de la pintora mexicana se enterara por redes sociales del lanzamiento de una muñeca Barbie en homenaje a la artista, intentaron ponerse en contacto con la empresa Mattel para aclarar la situación, ya que aseguraron que la FKC no contaba con los permisos para reproducir su imagen.
Por su parte, Beatriz Alvarado socia de FKC aseguró que, en 2005, Isolda Pinedo Kahlo, les cedió los derechos de la imagen de la pintora, convirtiéndolos así en los propietarios del nombre, el concepto, la ideología y los signos distintivos de Frida.
Por esta razón, enfatizó la empresaria, que Mara Romeo no contaba con la disposición de otorgar o autorizar licencias a pesar de ser socia de Frida Kahlo Corporation, por lo cual, la empresa Mattel tuvo la autorización para usar la imagen de la artista, con excepción de México donde se impusieron medidas cautelares para frenar la venta de este juguete.
Asimismo, FKC acusó a la sobrina de Kahlo de infracción de marca registrada, alegando que incluso creó un sitio web competidor (www.fkahlo.com) que ofrece expresamente bienes y servicios utilizando la marca Frida Kahlo, una marca que es idéntica a la marcas comerciales propiedad de la FKC. También alegaron difamación, asegurando que las declaraciones públicas de Romero sobre la marca de Kahlo les había hecho perder al menos una oportunidad de licencia.
Además, la compañía arguyó que ha invertido una enorme cantidad de tiempo y recursos económicos para posicionar la marca ‘Frida Kahlo’ y lograr el gran reconocimiento, prestigio y notoriedad que hoy tiene en todo el mundo, especialmente en México.
Bajo este contexto, los abogados de la familia del artista indican que el contrato entre FKC y los familiares de la artista, sólo prevé el uso de la marca en relación a cuatro categorías de productos: bisutería, preparaciones para blanquear, pulir y desengrasar, papel, cartón y productos de imprenta y bebidas alcohólicas.
Esas marcas pueden ser ampliadas bajo el control y la aceptación de la familia, pero la empresa panameña, solicitó marcas que la familia no autorizó. De modo que hace un uso completamente ilegal.
Debido a esto, la familia de Kahlo empezó un proceso legal para recuperar el 100% del manejo de la marca, pero aún no han tenido éxito.
Vale la pena aclarar que lo que está en disputa es la marca Frida Kahlo, así como el patrimonio marcario de la artista, ya que sus obras pertenecen a México y son administradas por el Banco Nacional de México.