Fuente: Proceso
La inteligencia artificial continúa generando controversia y ahora nuevamente se enfrenta al mundo de las artes, donde muchos creadores se sienten amenazados por los avances de esta tecnología; ejemplo de esto son las obras de Kelly McKernan (reconocida artista visual), las cuales están siendo amenazadas por la inteligencia artificial (IA).
Dicha amenaza se basa en que McKernan descubrió que empresas utilizan su trabajo para entrenar generadores de imágenes de IA, lo cual pone en peligro su sustento y el de otros artistas en todo el mundo. McKernan, quien describe su estilo como surrealista y etéreo, se percató de imágenes similares a las suyas creadas por una IA al ingresar su nombre en un motor de búsqueda; ante esto, la artista expresó su incomodidad y se comunicó con las compañías responsables, pero no obtuvo respuesta.
En respuesta a esta situación, McKernan se unió a las artistas Karla Ortiz y Sarah Andersen para presentar una demanda contra Stability AI, creador del generador de texto a imagen Stable Diffusion, y contra Midjourney y DeviantArt, populares generadores de imágenes, en dicha demanda se argumenta que estas empresas violan los derechos de autor al generar obras derivadas que compiten con las originales.
El caso, que actualmente espera una decisión en un tribunal federal de San Francisco, podría sentar un precedente para proteger los derechos de los creadores en la era de la IA, pues si bien los artistas no están en contra de la IA en sí, sí se oponen a ser explotadas por ella. Razón por la cual, buscan una orden judicial para evitar que las empresas utilicen sus obras sin su consentimiento y están solicitando una compensación por daños y perjuicios.
Stability AI ha declinado hacer comentarios, aunque en documentos judiciales afirma que sus imágenes son completamente nuevas y únicas, por su parte, Midjourney y DeviantArt no han respondido a las solicitudes de comentarios.
Sin duda, este es otro caso que destaca los desafíos que enfrentan los creadores de diferentes ámbitos, como actores, escritores, músicos y programadores, en su lucha por evitar que los desarrolladores de IA se beneficien de su trabajo.